Se tiende a confundir ambos términos con relativa frecuencia, pero lo cierto es que son dos cosas completamente distintas.
Una potencia es un país con un inmenso poder político, militar y económico en el ámbito global (tal es el caso de China, India, USA o Rusia).
Estos no necesariamente son países desarrollados, ya que en el caso de la India, si bien, tienen una economía fuerte, sus índices de pobreza son elevados, aunado a numerosos problemas sociales como consecuencia del sistema de castas.
Mientras que un país desarrollado es aquel en donde los estándares de vida son considerablemente altos; destacándose principalmente por poseer una moneda con alto poder adquisitivo.
Tales son los casos de Luxemburgo, Suiza, Austria o Noruega, que si bien, no son potencias ni militares, ni políticas o económicas, se vive mucho mejor que en la gran mayoría de países (incluyendo a las potencias mencionadas con anterioridad).
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