jueves, 22 de diciembre de 2022

La Gran Revolución Cultural Proletaria.



El primero de octubre de 1949, el Partido Comunista de China tomó el poder en la China Continental tras derrotar a los nacionalistas de Chiang Kai-shek, quien se vió obligado a huir a la isla de Taiwán.

En la década de 1950, una vez implantado el comunismo en toda China, Mao implantó una economía planificada para luego lanzar el Gran Salto Adelante y el movimiento a la Comuna Popular, con el objetivo de incrementar la producción agrícola e industrial en el país. 

No obstante, ambos sistemas fueron un completo desastre, provocando la muerte de entre 15 a 55 millones de personas entre 1958 y 1962, periodo que es conocido como la Gran Hambruna china.

Es por ello por lo que en 1959, Mao Tse Tung fue apartado del poder y sustituido por 2 importantes dirigentes comunistas. Estos fueron Liu Shaoqui y Deng Xiaoping, quienes empezaron a realizar importantes reformas económicas que valoraran más el esfuerzo individual y las iniciativas empresariales privadas.

Estos cambios generaron una relativa estabilidad en el pueblo chino, quienes percibían que su nivel de vida estaba mejorando en comparación al periodo en el que gobernó Mao.

No obstante, Mao Tse Tung entró en cólera, y consideró que ambos dirigentes eran unos traidores a la causa comunista, por lo que para recuperar el poder, lanzó la Revolución Cultural, que consistía en una campaña de reafirmación ideológica con el objetivo de purgar todo elemento burgués presente en la sociedad china.

Para ello, Mao creó a la Guardia Roja, un órgano de seguridad dirigido por el poderoso Ministro de Defensa Lin Piao, que estaba conformado por jóvenes estudiante universitarios, quienes portaban el famoso libro rojo, que contenía todas las enseñanzas de Mao Tse Tung, las cuales eran catalogadas como la única verdad indiscutible. 

Como dato curioso, este libro rojo fue impreso en más de 1000 millones de ejemplares, convirtiéndolo en el segundo libro más impreso del mundo después de la Biblia.

La enseñanza principal de ese libro decía “Para llegar al paraíso comunista, simplemente había que seguir al gran líder Mao y ejecutar a todos los traidores dentro del partido encabezados por Liu Shaoqi y Deng Xiaoping”. Es así como los guardias rojos ejecutaron a multitud de personas, desde el alcalde de Pekín, hasta numerosos miembros del partido comunista.

En toda china se colgaron carteles acusando de traidores y escorias a Liu Shaoqui y a Deng Xiaoping, quienes serían humillados por los guardias rojos.

Liu Shaoqui, quien fue llamado “El Nikita Jruschov Chino” fue apresado por los guardias rojos y terminaría falleciendo en prisión. Deng Xiaoping fue expulsado del partido comunista, pero logró salvar su vida gracias a Zhou Enlai, quien convenció a Mao de que no lo ejecutara.

Una vez en el poder, Mao derogó todas las reformas iniciadas por Deng Xiaoping y estableció nuevamente el modelo maoísta, que perduró hasta su fallecimiento en 1976. 

No obstante, la Revolución Cultural no se centró únicamente en purgar a los dirigentes políticos del partido, sino también en destruir todo patrimonio cultural perteneciente a la sociedad china.

Mao ordenó destruir templos, monumentos históricos, textos antiguos y estatuas que yacían de hace miles de años bajo el argumento de que todo lo que existía antes debía desaparecer. 

También se prohibió la vestimenta tradicional y la celebración de festividades milenarias, así como también el ajedrez, la música occidental y las artes marciales, incluida el Kung Fu. 

Mao quería destruir también la ciudad prohibida, pero Zhou Enlai le hizo saber que eso saber que era un completo error hacer tal acción.

La Revolución Cultural llegó al extremo de que Mao instigó a los jóvenes a denunciar y ejecutar a sus padres o maestros que criticaran la campaña social. 

La propia Unión Soviética, en palabras de Nikita Jruschov denunció la revolución cultural, tras considerarla una destrucción al patrimonio milenario de una civilización tan antigua como la China. 

Durante este periodo, algo tan simple como olvidar el libro rojo en casa era razón suficiente para ser condenado a muerte, ya que para la revolución cultural, Mao era Dios.

No obstante, dos años después de la muerte de Mao en 1976, Deng Xiaoping retornaría al poder, y retomaría todas las reformas económicas que fueron interrumpidas por el Gran Timonel, lo que le valió el título del Arquitecto de la China Moderna. 

Además de ello, condenó la Revolución Cultural y sentenció a muerte a la Banda de los 4, entre las que estaba la propia esposa de Mao.

¿Dónde estaría China de no haber ocurrido un suceso tan atroz como la Revolución Cultural? Coméntanoslo en la caja de comentarios.

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