El discurso de la subordinación se refiere a la forma en que las superpotencias, como Estados Unidos, Rusia y China, ejercen influencia y poder sobre otros países o regiones, estableciendo relaciones de dependencia y dominación. Estas superpotencias utilizan diferentes estrategias y discursos para promover sus intereses y mantener su posición dominante en el ámbito global.
En el caso de Estados Unidos, su discurso de subordinación se basa en la defensa de los "valores democráticos" y los "derechos humanos", presentándose como líder mundial y promotor de la "libertad y la justicia".
A través de alianzas militares y económicas, como la OTAN y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Estados Unidos busca asegurar su influencia y control sobre otros países y regiones.
Además, utiliza su poderío militar y económico para imponer sanciones y ejercer presión sobre aquellos que no se alinean con sus intereses (Irán, Corea del Norte, Rusia o Venezuela).
Por otro lado, Rusia emplea un discurso de subordinación basado en la protección de sus intereses geopolíticos y en la defensa de la soberanía nacional. Utiliza su influencia energética, especialmente a través del suministro de gas natural, para establecer relaciones de dependencia con países de Europa Oriental y Central.
Adicional a ello, Rusia (tanto en su etapa imperial como en la era soviética) ha llevado a cabo acciones militares (caso Hungría en 1956, Checoslovaquia en 1968, Afganistán en 1979, Georgia en 2008, Chechenia en los 90's y 2000's y Ucrania en 2022) y anexiones territoriales (directa o indirectamente) como Crimea (2014).
También se puede enfatizar en el aparente respaldo del gobierno ruso a las regiones separatistas en Georgia y Ucrania, que, detrás del supuesto apoyo a la independencia de estos territorios, se esconde el interés de Rusia de anexarlas más adelante a su país usando como argumento la existencia de "mayorías étnicas rusas viviendo allí", que, por cierto, esos rusos étnicos fueron transferidos a esos territorios durante la época zarista y en mayor magnitud en la era comunista.
China, por su parte, ha adoptado un enfoque más económico en su discurso de subordinación. A través de su iniciativa de la Franja y la Ruta, busca expandir su influencia económica y comercial a nivel global, especialmente en Asia, África y Europa.
China ofrece inversiones en infraestructura y programas de desarrollo a cambio de acceso a recursos naturales y una mayor cooperación política con el Partido Comunista de China.
Además, utiliza su poderío económico para ejercer presión diplomática y establecer acuerdos comerciales favorables a sus intereses (muchas veces a costa de la sobre-explotación de sus mismos conciudadanos chinos).
En resumen, el discurso de subordinación de las superpotencias como Estados Unidos, Rusia y China se basa en estrategias políticas, económicas y militares para ejercer influencia y control sobre otros países y regiones.
Cada una de estas superpotencias utiliza diferentes enfoques y discursos, pero todos comparten el objetivo de mantener y fortalecer su posición dominante en el ámbito global.
Autor: Miguel Antonio D'Hers Carnevali.